EL REY DE LA FABA EN OLITE
Por estos días, Olite fue nuevamente escenario de la celebración de lo que se da en llamar "El rey de la faba". Una tradición que si bien se remota lejos en el tiempo, cobra actualmente un colorido muy especial a partir de la participación en la misma de Muthiko Alaia DantzakTaldea
A continuación, para conocer más acerca de la celebración reproducimos un artículo publicado en la Enciclopedia Auñamendi y una crónica periodística de este año.
Para concluir nada más ilustrativo que un vídeo alojado en Youtube y que fue tomado este año en Olite.
Quienes deseen conocer más acerca de Muthiko Alaiak Dantza Taldea, les sugerimos entrar a su muro en internet. Basta para ello con tener una cuenta en Facebook y solicitarles su amistad.
REY DE LA FABA
Antigua institución de la Corte Real de
Navarra, en la que el día de Epifanía era coronado un niño pobre y
obsequiado y agasajado por los reyes como si de un monarca se tratase.
El origen de esta fiesta cortesana y también popular, se remonta al
reinado de la Casa de Champaña, que trajo -por medio de Teobaldo I
(12341253)- las costumbres y refinamientos de la Corte de Francia.
Parece ser esta tradición versión cristiana de una institución parecida
que se celebraba en la antigua Roma durante la celebración de las
fiestas en honor del dios Saturno y la misma que durante la Revolución
Francesa, fue declarada "antirrevolucionaria". El día de Reyes, allí
donde se encontraran el rey y la Corte, corrientemente en el Alcázar de
Olite, reuníase a un grupo de niños pobres, generalmente hijos de
servidores de Palacio, y se les daba a comer una tarta que contenía en
su interior un haba, origen este del nombre de la fiesta. El niño que
encontraba el haba en su porción de pastel era el afortunado. Era
riquísimamente vestido y solemnemente coronado -en ceremonia parecida a
la verdadera entronización de los soberanos navarros- como "Rey de la
Faba". Transcurría la jornada del mozo entre un banquete y gran número
de festejos de Corte, en la que convivía ellos monarcas. Esta fiesta, a la que
hay constancia asistía la Corte en pleno e incluso representantes
extranjeros a la sazón en Navarra, era institución entre caritativa y
pagana diversión de los caballeros y magnates cortesanos. El "Rey de la
Faba" se celebró -amén de en Olite- en las más importantes ciudades del
Reino; en Pamplona (1439), en Sangüesa (1413), en Tafalla (1424), en
Estella (1381), en Tudela (1423), cambiando asimismo de nombre a través
de las épocas. En un documento de 1381 es denominado "el petit Rey".
Dejóse de practicar al pasar Navarra la Corona de Castilla y quedó
sepultada entre las ilustres piedras de Olite hasta que en 1964 fue
restaurada por la Sociedad Muthiko Alaiak, celebrándose hoy en día
alternativamente en distintos lugares donde residió la Corte de Navarra.
Alberto Xabier MARTÍNEZ ARTOLA
Y de este modo refleja la celebración de este año, el Diario de Navarra del pasado domingo13 de enero.
Olite corona a su Rey de la Faba y recupera el esplendor del viejo Reyno de Navarra
Pablo Mañú Oneca , de 12 años, juró los fueros ante centenares de personas.
La peña pamplonesa Muthiko Alaiak lleva casi 50 años, desde 1964, organizando este acto de carácter itineranteainara izko
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Domingo, 13 de Enero de 2013 - Actualizado a las 05:04h
Domingo, 13 de Enero de 2013 - Actualizado a las 05:04h
Olite. La bella
localidad de Olite recuperó ayer el esplendor del viejo Reino de
Navarra, al menos durante unas horas, coronando a su nuevo Rey de la
Faba, Pablo Mañú Oneca, de 12 años, en una ceremonia que culminó, como
no podía ser de otro modo, con el alzamiento del nuevo monarca sobre el
pavés con el escudo de armas de Navarra al grito unísono de "¡Real!,
¡Real!, ¡Real!".
El rey Teobaldo I fue quien instituyó esta fiesta en la
primera mitad del siglo XIII, precisamente en Olite, de ahí que la peña
Muthiko Alaiak, organizadora del evento desde el año 1964, escogiese
este enclave (por cuarta vez) para conmemorar el 50º aniversario de esta
curiosa tradición que apenas ha sufrido variaciones en los últimos 800
años. Pese a que los actos previos comenzaron al punto de la mañana con
la apertura de un mercadillo medieval, hubo que esperar hasta las 18.30
horas ver el espectacular desfile, de unos 200 metros, protagonizado por
la comitiva real.
En concreto, el desfile, que estuvo compuesto por 100 figurantes, entre rey de armas, trompeteros, antorcheros, infanzones, escuderos de las buenas villas, dantzaris tanto de Olite como de la peña Muthiko Alaiak, fanfarres, nobles, monaguillos, obispos, abades mitrados, pajes, cetreros, alabarderos, bufones o La Pamplonesa, entre otras figuras destacadas, salió desde el convento de los Franciscanos y recorrió el Portal de Tafalla, la rúa San Francisco, la plaza de los Teobaldos, la Torre del Chapitel, la plaza Carlos III El Noble y la rúa Mayor hasta llegar a la iglesia de San Pedro, donde tuvo lugar la ceremonia de coronación.
Según anunció nada más comenzar el acto el rey de armas, Fernando Hualde, "Navarra va a proclamar hoy a su Rey y señor para que vele por la integridad de su suelo, de sus hombres y de sus valores. Rindámosle pleitesía. Entreguémosle nuestro entusiasmo para que sea digno de la merced que le va a ser entregada" y continuó pregonando que "en Navarra pasan algunas instituciones pero en cambio vamos recuperando tradiciones como ésta. Para muchos el acto de hoy será considerado como folklore, pero para otros es una forma de rendir homenaje a los navarros que perdieron la vida hace 500 años defendiendo el Reino de Navarra".
Cabe recordar que esta tradición, en la que se fusionan dos episodios importantes de la historia de Navarra -la coronación de un rey y la tradición del Rey de la Faba instituida por Teobaldo I, quien a través de un haba escondida en un rosco elegía a un niño para coronarlo rey-, se remonta a los años 20, y que fue el fundador de la peña Muthiko Alaiak, Ignacio Baleztena, quien impulsó su continuidad hasta que en 1964 la peña decidió sacarla de sus locales y darle un carácter público e itinerante.
En concreto, en la ceremonia estuvieron representados el Rey Carlos III (Delfín García), el Príncipe de Viana (Javier Adot) y doña Blanca de Navarra (María Amatriain). Ya dentro de la iglesia, en la que no cabía ni un alfiler, el Rey de la Faba, que fue elegido por sorteo el pasado 1 de diciembre entre un total de 12 niños, juró arrodillado ante los tres estamentos del antiguo reino (la nobleza, los infanzones y el clero) la defensa de los fueros para después ser ungido con el óleo santo. La coronación se completó vistiendo al rey con boato real y haciéndole entrega de una espada, una corona y un cetro para después alzarlo sobre el pavés mientras sonaba la canción Agur Jauna. Para finalizar, el joven fue honrado con un aurresku y lanzó a los presentes varias monedas de chocolate.
En concreto, el desfile, que estuvo compuesto por 100 figurantes, entre rey de armas, trompeteros, antorcheros, infanzones, escuderos de las buenas villas, dantzaris tanto de Olite como de la peña Muthiko Alaiak, fanfarres, nobles, monaguillos, obispos, abades mitrados, pajes, cetreros, alabarderos, bufones o La Pamplonesa, entre otras figuras destacadas, salió desde el convento de los Franciscanos y recorrió el Portal de Tafalla, la rúa San Francisco, la plaza de los Teobaldos, la Torre del Chapitel, la plaza Carlos III El Noble y la rúa Mayor hasta llegar a la iglesia de San Pedro, donde tuvo lugar la ceremonia de coronación.
Según anunció nada más comenzar el acto el rey de armas, Fernando Hualde, "Navarra va a proclamar hoy a su Rey y señor para que vele por la integridad de su suelo, de sus hombres y de sus valores. Rindámosle pleitesía. Entreguémosle nuestro entusiasmo para que sea digno de la merced que le va a ser entregada" y continuó pregonando que "en Navarra pasan algunas instituciones pero en cambio vamos recuperando tradiciones como ésta. Para muchos el acto de hoy será considerado como folklore, pero para otros es una forma de rendir homenaje a los navarros que perdieron la vida hace 500 años defendiendo el Reino de Navarra".
Cabe recordar que esta tradición, en la que se fusionan dos episodios importantes de la historia de Navarra -la coronación de un rey y la tradición del Rey de la Faba instituida por Teobaldo I, quien a través de un haba escondida en un rosco elegía a un niño para coronarlo rey-, se remonta a los años 20, y que fue el fundador de la peña Muthiko Alaiak, Ignacio Baleztena, quien impulsó su continuidad hasta que en 1964 la peña decidió sacarla de sus locales y darle un carácter público e itinerante.
En concreto, en la ceremonia estuvieron representados el Rey Carlos III (Delfín García), el Príncipe de Viana (Javier Adot) y doña Blanca de Navarra (María Amatriain). Ya dentro de la iglesia, en la que no cabía ni un alfiler, el Rey de la Faba, que fue elegido por sorteo el pasado 1 de diciembre entre un total de 12 niños, juró arrodillado ante los tres estamentos del antiguo reino (la nobleza, los infanzones y el clero) la defensa de los fueros para después ser ungido con el óleo santo. La coronación se completó vistiendo al rey con boato real y haciéndole entrega de una espada, una corona y un cetro para después alzarlo sobre el pavés mientras sonaba la canción Agur Jauna. Para finalizar, el joven fue honrado con un aurresku y lanzó a los presentes varias monedas de chocolate.
A fin de ilustrar aún más lo comentado, por último, les proponemos compartir el siguiente vídeo grabado en Olite este año.
- Vídeo:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=pAxwZWbTAy0
Nota de la Enciclopedia Auñamendi:
http://www.euskomedia.org/aunamendi/101912
Nota periodística :
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