CARRACAS, MATRACAS Y TABLETAS: FOLKLORE DE SEMANA SANTA EN UXUE
Todos los días, tras el rosario, se hacia el Viacrucis. Esta
devoción consta de catorce estaciones o momentos donde se comentan los
sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario.
En los momentos en los que se recuerda las tres veces que
Jesús cae en el camino, en el que se comenta su crucifixión y en el de su
muerte, se hacían unos cantos que acababan poniéndonos la carne de gallina de
lo impresionantes que eran (y son).
Durante los viernes de cuaresma solía ser muy respetada
la norma de no comer carne y la de ayunar.
El domingo anterior al de Ramos la cosa aumentaba en
tenebrosidad y tristeza: Largas telas moradas o negras cubrían los altares
de la iglesia e incluso la Virgen de Ujué quedaba oculta bajo un paño
morado.
El Domingo de Ramos tenía un colorido un poco más alegre
a causa de la cantidad de ramos de olivo, de colostia (acebo) y alguna que
otra palma que los más pudientes compraban en Tafalla. Los niños portábamos
contentos tales ramos en la misa de la procesión de la entrada de
Cristo en Jerusalén.
EL
TRIDUO SANTO
Dentro de la Semana Santa, al jueves, viernes y sábado se
les llama el Triduo Santo.
El jueves es especial porque a la tarde se celebra la última cena de Jesús con sus discípulos.
El jueves es especial porque a la tarde se celebra la última cena de Jesús con sus discípulos.
Cuando críos (años 50) en Ujué se salía en procesión tras
la misa de la Ultima Cena. Numerosos hombres entunicados portaban los
pasos de la Oración del Huerto, del Atado a la Columna, de Jesús con la Cruz a
Cuestas y el Crucificado del altar de la Vera Cruz que era llevado por otro
entunicado. Todo aquello era impresionante.
El
viernes es el día del apresamiento, pasión y muerte de
Jesús. Al anochecer salía la procesión de la Dolorosa.
La
noche del sábado se celebra la resurrección de Jesús.
Durante estos días en la radio solo emitían sermones y música clásica que
resultaba triste y acongojante.
EL
SILENCIO DE LAS CAMPANAS
Durante la misa del Jueves Santo, que se debe
celebrar al atardecer, llegado el momento del Gloria se hacían sonar todas las
campanas de la torre mientras que dentro de la iglesia los monaguillos hacían
sonar un sinfín de campanillas mientras duraba el canto del Gloria.
Y desde ese momento hasta la misa de Resurrección de la
noche del sábado, las campanas quedaban mudas y el protagonismo sonoro pasaba a
las matracas, carracas y tabletas.
LA
MADERA HECHA SONAJERO. (MATRACAS, CARRACAS Y TABLETAS)
LA MATRACA.
Matraca de la Catedral de Pamplona / Iruñea
La matraca es un instrumento de madera compuesto de un tablero y una o más aldabas o mazos, que al accionarlo produce ruido.
Según contaban los mayores, en Ujué preferían usar
carracas y tabletas pero también se utilizaban matracas de pequeño tamaño.
Estas matracas constaban de una tabla horizontal que por la parte de arriba
tenía un pomo para manejarla y bajo la tabla un martillo, también de madera,
que se movía a un lado y al otro para hacer sonar con sus golpes la tabla de la
matraca.
Existen matracas
tan enormes que se tienen que mover con una manivela. La del siguiente
vídeo es la de la catedral de Pamplona.
Matracas de este tamaño se usaban durante el Triduo Santo en catedrales, monasterios y conventos para señalar a los canónigos y
comunidades monásticas las horas en que debían hacer sus rezos.
Si habéis observado el ruido que produce este instrumento durante los cincuenta y un segundos que dura el vídeo, podréis comprender el significado de la frase “Dar la matraca”: Hacer ruido con insistencia, insistir mucho en un asunto hasta molestar.
Si habéis observado el ruido que produce este instrumento durante los cincuenta y un segundos que dura el vídeo, podréis comprender el significado de la frase “Dar la matraca”: Hacer ruido con insistencia, insistir mucho en un asunto hasta molestar.
LA
CARRACA
¿Quién no ha visto una carraca? En cualquier mercadillo
podemos ver a artesanos elaborando este instrumento.
Al hacer girar la carraca la lámina de madera suena al ir pasando por la rueda
dentada.
En tiempos, también se llevaban carracas al fútbol y era famoso aquel grito de
ánimo "¡Rá, rá. rá, Osasuna, campeón!" ( Rá- ra - rá imita
el ruido de la carraca).
Se da el sobrenombre de carraca a todo aquel que habla en voz alta
sin ton ni son y sin atisbo de callarse.
LA
TABLETA (O PALETA)
En tiempos en que mi padre fue sacristán de Ujué, en la
iglesia no había ni matracas ni carracas pero sí una tableta.
Este instrumento constaba de una tabla rectangular con
mango para agarrarla. Tenía otras dos tablas más, atadas a cada lado de la del
mango con una cuerda que debía quedar un tanto floja para que se pudieran
mover.
Al mover la paleta se provocaba el choque de las tablas
móviles con la fija produciendo un "taclak- taclak" bastante
sonoro.
Los monaguillos peleaban entre sí pues todos querían salir con la tableta al
Losau (atrio) para dar el aviso.
EL
MONUMENTO.
CANCIÓN
PETICIONAL DE UJUÉ PARA PEDIR AGUJAS PARA EL MONUMENTO.
Recibe el nombre de Monumento el altar que se construye
exclusivamente para albergar al Santísimo a partir de la Misa del Jueves
Santo hasta el Oficio de la muerte de Jesús del Viernes Santo.
Ese altar que año a año se coloca y vuelve a desmontar,
tiene un Sagrario donde queda expuesto el Copón con las Formas consagradas el
Jueves Santo.
Cuando muetes, el Monumento de Uxue se montaba en el
ábside románico de la derecha limitado por un decorado gris que representaba un
arco sustentado con columnas de gran porte. Años más tarde el Monumento se
ponía en la nave gótica tapando la puerta Norte.
Dentro del armazón del decorado se ponían bonitos
cortinajes que se sujetaban con agujas al entramado. El sagrario se
colocaba en el centro y quedaba rodeado de infinidad de flores,
macetas, candelabros y velas que permanecían encendidas hasta la función
del Viernes Santo tras lo cual se retiraba el Santísimo y se desmontaba el
Monumento.
LA
CANCIONICA
Pues bien. Casi hasta los años 50 los niños de Ujué
tuvieron costumbre de salir antes del jueves santo a pedir “abujas pal
Monumento" tocando carracas, tabletas y matracas.
Imaginaros a la marabunta infantil recorriendo las calles
del pueblo haciendo sonar tales instrumentos cantando lo que sigue con un son
parecido al de la sintonía del programa “Inocente - inocente”:
Angelicos semos,
Del cielo bajamos,
Abujas pedimos
Para el Monumento
¡Y no nos quieren dar!
¡Carra-cata-plís, carra-cata-plás!
Las puerticas de San Blas,
¡Clis-clás-churrumblás!
Del cielo bajamos,
Abujas pedimos
Para el Monumento
¡Y no nos quieren dar!
¡Carra-cata-plís, carra-cata-plás!
Las puerticas de San Blas,
¡Clis-clás-churrumblás!
Arca cerrada, Divino Secreto,
Está Jesucristo cerrado con llave
Como un hombre muerto,
Muerto y sin culpa, y sin merecerlo.
Entramos en la Cuaresma,
Salimos de la Carnal,
¡Maldita sea la gente,
Que se queda sin confesar!
Así me lo envió Elvira Ayesa. Y así lo recuerdo de
habérselo oído cantar a mi padre y a mi tía. Es curiosa la mezcolanza en
cuanto que primero se habla de las agujas del monumento y al final se habla del
inicio de la cuaresma tras carnaval, cuando cronológicamente debería ser al
revés.
Las onomatopeyas (¡Carra-cata-plís, carra-cata-plás.
Clis-clás-churrumblás!) suenan como de castigo para quienes no han dado "abujas" y
rememoran el sonido de las carracas, tabletas y matracas.
Tremebunda la sentencia final: ¡Maldita sea la gente que se queda sin
confesar!
Y es que en aquellos tiempos (que parecen tan lejanos y
no lo son) todo quisque pasaba por el confesionario y si no… ya veis que
lindezas tenían que aguantar...
Elvira Ayesa me cuenta que su padre, (Julián el carpintero) hacía carracas para
ella, su hermana, primos y demás muetes del barrio y que todos juntos
disfrutaban de lo lindo haciéndolas sonar a la vez que cantaban la cancionica
de "angelicos semos"...
LAS
CARRACAS Y TABLETAS EN EL OFICIO DE TINIEBLAS
Sobre este Oficio también hablo de oídas ya que los que
recientemente hemos cumplido los 60 no lo conocimos.
Era un oficio que se cantaba en la iglesia al anochecer
del Viernes Santo. Los salmos y cantos se hacían a la luz de un candelabro de
15 velas que iban apagando poco a poco.
En casa me contaban que la última vela representaba a
Cristo y que en vez de apagarla la escondían. Cuando todo quedaba en tinieblas,
muetes y muetas hacían sonar carracas y tabletas y los mayores golpeaban
los bancos con las manos y la tarima del suelo con los pies, recordando el
terremoto que ocurrió cuando murió Jesús.
Según nos contaban, la
chiquillería tenía tendencia a hacer excesivamente largo este
momento de ruido. Tanto, que el sacristán (cinturón en mano) se ponía donde los
críos para hacerles parar.
A continuación volvía a aparecer encendida la vela que representaba a Cristo
rememorando su resurrección, se encendía la luz eléctrica de la iglesia y
acababa el Oficio.
......
Podríamos estar mucho más tiempo hablando de nuestras vivencias de Semana Santa
de aquellos años de cuando críos, pero de momento valga con esta mención a
matracas carracas y tabletas. Espero que os haya gustado.
Fuente: http://ujue-uxue.blogspot.com.es/2014/04/carracas-matracas-y-tabletas-folklore.html
ResponderEliminarEsta época del año es sumamente importante, une a las familias y nos trae un montón de fiestas y desfiles.
Sigue escribiendo sobre todo lo referente a la
Semana santa.