miércoles, 20 de enero de 2016

EL USO DEL EUSKERA EN LA NAVARRA MEDIEVAL

del blog: de Mikel Burgui

Testimonios medievales del uso del euskara en Murillo el Fruto, Beire y Olite/Erriberri.

Antes de entrar en tema, recordemos que durante los siglos XVI y XVII el 80% de la población del territorio de la actual Comunidad Foral de Navarra hablaba euskara. (Dato aportado por Peio Monteano, sociólogo, historiador y especialista en demografía antigua de Navarra).



Vamos a hablar de tres textos que confirman que el euskara fue lengua viva en pueblos situados al sur y suroeste de Uxue (vegas del río Aragón y del Zidakos):


El más antiguo de estos tres textos está en un cuaderno titulado "Libro antiguo de la Pecha que pagan los labradores de la U[ill]a de Murillo el Fruto" que data del siglo XIV.



El segundo es la misiva que intercambiaron dos altos cargos de la Corte de Carlos III en Olite/Erriberri, ya entrados en el siglo XV.


Y por último mencionaremos una anotación del siglo XVI escrita en un libro de la biblioteca que los Ezpeleta tenían en su palacio de Beire.



Caso Nº 1: Siglo XIV. El euskara lengua popular de Murillo el Fruto.

Hace un tiempo, Maika Munarriz Elizondo (Técnico Superior de Archivos en Archivo Real y General de Navarra) se encontraba clasificando unos documentos cuando encontró un cuadernillo escrito en el siglo XIV.

En sus tapas se podía leer "Libro antiguo de la Pecha que pagan los labradores de la U[ill]a de Murillo el Fruto".

Tras el hallazgo, dicho cuaderno fue estudiado por Peio Monteano que luego lo puso en manos de nuestro paisano el uxuetarra Patxi Salaberri que es académico de Euskaltzaindia y presidente de la Comisión de Onomástica de dicha Academia.

Patxi, que también dirige la revista Fontes Linguae Vasconum, ha publicado en el último número de la misma un estudio filológico de los topónimos y nombres propios de personas que aparecen en el mencionado documento.
Nuestro paisano deduce que por la pureza en que aparecen los topónimos, que el euskara estaba vivo en Murillo en el momento en que se escribió el documento.

Salaberri muestra y estudia las variantes con que aparece en el cuaderno cada uno de esos topónimos y finalmente los reproduce en grafía actual.



He aquí varios de ellos:

Aitzurieta, Areatzea, Baratzealzinea, Baratzeberrieta, Baratzebideta, Baratzetako hodia, Baratzezarreta, Buztina, Cascallares, Chorrota, Erteko erregua, Esatea, Eutzea, Garipentzuko zaldua, Legazpea, Legazpieta, Trankazarra, Uarte, Uartebidea, Uarteko hodia.


… que no son pocos si tenemos en cuenta que el término municipal de Murillo el Fruto solamente es de 33,4 km².

El estudio que hace Patxi Salaberri sobre los topónimos y nombres de persona que aparecen en este documento de Murillo del siglo XIV ocupa desde la página 407 a la 434 de la revista de diciembre del 2015.

El trabajo de Patxi está en euskara pero al final, como es costumbre en la revista Fontes Linguae Vasconum, hay unos cortos resúmenes en euskara, castellano e inglés.



Reproduzco el resumen en castellano:
En este trabajo se estudian los datos onomásticos, topónimos y antropónimos, que se recogen en el cuadernillo del S.XIV encontrado hace poco tiempo en el A.G N. 
Está escrito en castellano, pese a tener ciertos rasgos especiales, y es importante para nosotros porque deja entrever que el euskera estaba todavía vivo en la localidad de la Ribera Alta en la fecha en que se redactó. 
Además, a través de los datos onomásticos que encontramos en el pequeño cuaderno podemos conocer algunas de las características del habla vasca perdida de la localidad, profundizar en la etimología de los diversos «ónimos», y realizar una normativización más adecuada de los mismos. Algunas grafías y la transparencia de los topónimos y antropónimos contenidos en el cuadernillo
sugieren claramente que, cuando fue escrito, el euskera estaba todavía vivo en Murillo. 
Hemos intentado contextualizar los datos onomásticos del documento, relacionándolos con los de localidades próximas que ya conocíamos previamente.

Caso nº 2: Siglo XV. El euskara en la Corte Real de Olite. Un euskaldún de San Martín de Unx y otro de Pamplona, altos cargos de la Corte de Carlos III el Noble.

El 16 de diciembre del 2015 apareció una entrevista a Peio Monteano en el Diario de Noticias de Navarra.

Peio, técnico superior del Archivo General de Navarra, opina entre otras cosas sobre una breve carta intercambiada entre Martín de San Martín, secretario del rey Carlos III, y Matxin de Zalba, responsable del Tesoro de Navarra. Uno originario de Pamplona y el otro de San Martín de Unx.

Lo más importante de dicha misiva es que la información tributaria está escrita en euskara.

La conclusión de Monteano es que el euskera fue lengua utilizada con rango oficial en la Corte de Carlos III y la élite político-administrativa que gestionaba la actividad pública de la Navarra en aquel entonces.

El documento fue encontrado en 1969 por el jefe de archivos e historiador Florencio Idoate. Posteriormente dicho documento ha sido objeto de análisis lingüísticos pero nunca de índole histórico.

Según estima Monteano, éste es "el documento en euskera más extenso que disponemos antes de la Edad Moderna. Es navarro y prueba que las élites medievales navarras hablaban, apreciaban y sabían escribir el euskera, aunque luego nos dejaron todos sus documentos en otra lengua considerada como administrativa".

"El documento en cuestión -sigue explicando Monteano- es una breve carta intercambiada entre Martín de San Martín, secretario del rey Carlos III, y Matxin de Zalba, responsable del Tesoro de Navarra.

Ambos incluyen palabras en euskera, demostrando que ambos, originarios de Pamplona y San Martín de Unx, respectivamente, y pertenecientes al círculo más cercano al monarca navarro, estaban habituados a hablar y a escribir también en euskera, que sería sin duda su lengua materna" considera Monteano.

El texto de la primera carta.
(Tomado del trabajo de Florencio Idoate):
Machin seynnor. Suplico vos que me imbiedes por escripto quoanta es la gracia que los de Sant Johan han de la imposicion. Et jaunatiçula egun hon. El todo vuestro Martin de Sant Martin. El me imbiat a dizir si si verres al combit o non.-El todo buestro Martin de Sant Martin.

Respuesta a la carta anterior.

(Tomado del trabajo de Florencio Idoate):

Seynnor maestre Martin. Acomendo vos a Miguel Papon, vostre amic, et seredes bien ayssa en casa de Peyre de Tors del bon baron qui mal li se faga en el coillon, et escusat me de combit que non puedo ser, que huéspedes tengo. Et jaunatiçula abarion ez naiz bildur ezten alla. Et jaquiçu done Johane garacicoec dute gracia e regue huitean yruroquey et amaui florin huitean baytator sey florin et tercio bat rebaticera colectoreari et alegraçayteç ongui.-Gure guzia. Machin de Çalua.

Al analizar el texto, Pello Monteano coincide con quienes hasta ahora lo han estudiado desde la perspectiva lingüística:


“El euskera se utiliza con asombrosa corrección gráfica y gramatical, incorporando incluso neologismos fiscales. Su variedad dialectal corresponde al euskera que se hablaba en la Cuenca de Pamplona y es plenamente comprensible para un vasco hablante actual, para un conocedor del batua”, asegura Peio.

Y continua diciendo que
"desde el punto de vista de la sociolingüística histórica de Navarra, esta carta es una especie de piedra de Roseta. Muestra que la élite político-administrativa del reino era, en realidad, bilingüe, y que utilizaba el dominio de la escritura, del euskera y de las lenguas romances, como instrumento de poder".

"El documento demuestra que la élite navarra hablaba y, lo que es más importante, sabía escribir en euskera".

La carta, en opinión de Pello Monteano "es la punta del iceberg de una realidad que se intuye y está por descubrir".

Para el investigador villavés es relevante que lo referido a una solicitud de información oficial (un asunto relativo al pago de impuestos en San Juan de Pie de Puerto) esté redactado en euskera y que el resto de la conversación escrita (relativa a la invitación a una cena) esté en romance:

"Invierten los usos lingüísticos que se creen hasta ahora: usan el romance para lo privado y el euskera para lo técnico, para la información profesional, la oficial, digamos".

Antes de seguir con lo que dice Peio Monteano en esa entrevista, recordemos que desde el casamiento de Juana I con Philipe "Le Bel" de Francia (año 1284) hasta 1328, inicio del reinado de Juana II madre de Carlos II, los reyes fueron también reyes de Francia entroncados con la dinastía Capeta y que vivieron en París dejando los asuntos de Navarra en manos de gobernadores y funcionarios de su confianza, por lo general franceses.

"Pues bien -apunta Pello Monteano- vemos que hacia 1411 se produce una progresiva navarrización en la administración. Empiezan a desaparecer funcionarios franceses y la corte se inunda de navarros”.

Caso nº 3. Beire. Comienzos del siglo XVI: Un miembro de la alta nobleza era euskaldún y sabía escribir en euskara.

Hace unos meses leíamos en el blog de Luis Miguel Escudero un articulo titulado "Manuscrito en euskera del alcaide de Olite/Erriberri". Y recordé que los Ezpeleta ostentaron ese cargo que obligaba a la conservación del palacio de los reyes de esa localidad.

La noticia que daba Luis Miguel hacia mención a una información aparecida en el Anuario del Seminario Internacional de Lingüística y Filología Vasca "Julio de Urquijo".

En dicha publicación el investigador Marcos-Martín, miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua y de la Academia Argentina de las Letras, firma un estudio sobre "Un texto informal vasco manuscrito en un impreso de 1505" que hace referencia a la familia cuyo titular era señor de Beire y San Martín de Unx, merino mayor, alcaide de Olite y Conde de Ezpeleta. (Beire esta situado a 4 km de Olite/Erriberri).

El linaje de los Ezpeleta entroncaba con la mismísima monarquía navarra en la persona del rey Carlos II (1332 – 1387) por medio de su hijo bastardo Leonel.

Tal ascendencia permitió a esta familia ocupar asiento en el brazo de la nobleza de las Cortes del Viejo Reyno durante 200 años.

El estudio recuerda que el patrimonio de los Ezpeleta, (palacio, biblioteca tierras) se deshizo en 1895 y que la congregación religiosa de los Padres Blancos compró la casa palacio, que actualmente es el albergue de Beire.

Y entre las cosas del palacio debieron comprar la biblioteca en donde debía estar un libro que se titula "Las Trescientas".

Estos libros de la biblioteca de los Ezpeleta fueron adquiridos posteriormente por el estudioso francés Raymond Foulché-Delbosc que los revendió a la Biblioteca Nacional de la República Argentina.



El asunto es que en un margen del libro "Las Trescientas" hay escritas a pluma varias líneas claramente en euskera, que podrían ser el borrador de una invitación a una ceremonia familiar, según los expertos.

El investigador Marcos-Martín dice que éste libro"Es el único ejemplar con el sello del Conde de Ezpeleta que figura en la colección de Buenos Aires... donde ha sido posible recuperar y descifrar este texto en vasco, junto con toda una posible historia de un libro de una familia agramontesa, defensora de los últimos reyes Juan y Catalina en la invasión castellana de 1512 y, además, enlazada con la también saga legitimista Jaso-Azpilicueta a través del matrimonio de Ana, hermana de san Francisco de Javier, con el conde de Beire".

Marcos-Marín, que también ha sido catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid y profesor en La Sapienza de Roma, precisa que el libro que contiene las frases está impreso en Granada en 1505 y que de él lo que especialmente le interesan son las “tres líneas del vuelto de la portada, escritas en vasco” con letra del siglo XVI, "por lo que podrías ser del primer o uno de los primeros propietarios del impreso".



La nota manuscrita testimonia la presencia escrita del euskera en la Navarra Media en una época muy temprana y, además, de puño y letra de la nobleza de mayor abolengo. Una prueba de que la lengua no solo era empleada verbalmente por el vulgo.

El manuscrito de Beire también ha sido estudiado por el uxuetarra y académico de Euskalzaindia Patxi Salaberri.

En estos dos últimos ejemplos podemos ver que el euskara no solo era el idioma del pueblo llano, sino que gente de alcurnia lo empelaba y lo escribía.
Y en el caso de los altos funcionarios del siglo XV (uno de ellos de San Martín de Unx) vemos que lo emplean hasta para asuntos administrativos relacionados nada menos que con la Hacienda Real.

Otras noticias del uso popular del euskara en la zona:

Visto que el euskara estaba vivo en Murillo el Fruto en la segunda mitad del siglo XIV, y teniendo en cuenta un documento de 1587 donde aparecen como netamente euskaldunes Gallipienzo, Uxue, San Martín de Unx, me parece oportuno recordar varios casos de que indican que el idioma estaba vivo en la comarca hasta siglos más tarde.

- Tudela 1535. Por documentos de ese año tenemos noticia de que en Tudela y para ser veterinario era necesario saber euskara.

- Olite/Erriberri. Año 1574. Un documento nos dice que en el alcalde de la villa denunció a un criado del importante señor Don Pedro de Ezpeleta y Nabarra. (Otra vez los Ezpeleta).

El motivo:"haberse subido al tablado y haber voceado un anuncio en bascuence para vender una mula".
La culpa del sirviente y su patrón no fue otra que haber ignorado que esa labor era del pregonero oficial por lo que se deduce que "en esta villa de nuestra comarca la población también se entendía a través de bandos públicos en vascuence".

- Olite/Erriberri. 1623. Don Melchor de Suspirón, presbítero de la villa de Olite, dice que "Avida causa los muchos vascongados que ai en la dicha villa él desea tener licencia para confesar y administrar sacramentos y predicar sin perjuicio de los curas, porque el suplicante sabe la lengua bascuenz y los clérigos de aquella villa no saben".

- Tafalla. 1627. "Fray Juan de Echaberri, comendador de la Merced, reconocía que “solía confesar en su idioma a "muchos bascongados" de la entonces villa, por no haber en ninguna de las tres parroquias cura que la hablase"

- Año 1627. "El franciscano fray Pedro de Pinedo afirmaba que la misma situación se daba en Olite, Villafranca y la villa de Sos que es en el reyno de Aragón"

- Año 1627. El vicario de Sangüesa y Lumbier, licenciado Lubián, escribió lo que sigue:“no hay ningún lugar ni Ciudad ni villa en este Reyno en que no haya baskongados" (en su significado histórico de vasco-parlantes o euskaldunes).

- Uxue. 1676. En una consulta sobre la provisión del Prior, que era de patronato real, consultado el obispo y los examinadores sinodales sobre si el candidato debía hablar vascuence, conferida la materia con personas noticiosas, respondieron que “se halla ser necesaria la inteligencia de dicha lengua por ser la común y general de aquel pueblo en que muchos no entienden otra”.

Según un concienzudo estudio de la toponimia de Uxue llevado a cabo por Patxi Salaberri, el euskara todavía debió ser habitual en nuestro pueblo durante el siglo XVIII y no se descarta que incluso hasta bien entrado el XIX.

Digamos que el término municipal de Uxue llega hasta unos 5 km del casco urbano de Murillo, y que el límite del término de Ujué también dista poco de las poblaciones de Santacara, Pitillas, Beire, Olite y San Martín de Unx.

- Tafalla. Noviembre de 1795. Juan Ángel de Inchauspe, párroco de Santa María, concedió certificado para ejercer su ministerio a Juan de Buruzain, natural de Hazparren, refugiado en Navarra durante el Terror. Había estado diez meses en Sunbilla y Legasa, antes de trasladarse a Tafalla. Instalado en Santa María, el párroco lo empleó también "en catequizar algunos chicos del idioma bascongado" para prepararlos para la primera comunión.

- Olite/Erriberri. Principios del siglo XIX. Un vecino de Olite afirmaba que hablaba en euskera con sus amigos de infancia. Tal noticia se publicó en 1875 en el libro “La Lengua Vasca. Su origen y repartición”, del ilustrado científico francés Paul Pierre Broca (1824-1880).

Además de lo expuesto hay abundantes testimonios documentales de la supervivencia del euskara durante el siglo XIX en Artajona, Pueyo, Valdorba...

Valgan estos ejemplos como botón de muestra y como prueba de que son como esa punta del iceberg que menciona Peio Monteano.

Tengo la certeza de que aparecerán más y más datos similares completando la historia del euskara en nuestros pueblos.

Seguro que en los archivos hay documentos pertenecientes a otras poblaciones de los cursos bajos del Aragón, Zidakos y Arga tan esclarecedores como el de Murillo el Fruto. ¡Solo hace falta encontrarlos!

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