Sentimos dolor en nuestro corazón.
Es grande la congoja por haber perdido a alguien que hemos querido y que sabemos nos quiso de igual manera.
Siempre nos alentó y nos hizo un espacio para que podamos realizar nuestras actividades.
Estaremos eternamente agradecidos a Alma, una persona que siempre dio y se entregó con profunda generosidad, sin medir y sin pretender recibir algo a cambio. Daba porque en su esencia estaba el dar y el compartir.
Nuestro cariño a quien nos llamaba "los euskera" para referirse a los vascos.
Goian bego Alma!
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