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sábado, 30 de mayo de 2020

DE CUANDO LO FEUDAL SE APODERÓ DE NAVARRA

Uxue, Ujué Atalaya de Navarra
El blog de Mikel Burgi



Tras preguntarme desde cuándo ocurría esto de dar el mando de un castillo "a perpetuidad", encuentro que Juan José Martinena (director del Archivo Real y General de Navarra desde 1985 hasta el 2010) escribe sobre ello en su libro "Navarra, castillos y palacios" editado por la Caja de Ahorros de Navarra en 1980.

El señor Martinena explica este tema de forma más breve, amena y entendible en su opúsculo sobre el castillo de Gallipienzo del año 2014. 

Sigamos a este autor haciendo un poco historia desde tiempos remotos.

Martinena nos relata que allá por los siglos X y XI la organización militar del reino de Pamplona estaba divididas en tenencias.

Tengamos muy en cuenta que desde los albores del reino los jefes de los castillos de realengo de Navarra lo eran por tiempo limitado.

Martinena comienza explicándolo de esta manera:

SEDE DE UNA TENENCIA La sede de estas tenencias solía ser siempre un lugar fortificado y dotado por lo general de un castillo, en el que residía el tenente nombrado por el rey para gobernar, administrar y defender la comarca asignada a su cuidado.

Los jefes de los castillos y de la demarcación de la "tenencia" aparecen en la documentación como "tenentes" una especie de delegados del rey que los mantenía en cada tenencia por tiempo limitado.

Estos eran, por así decirlo, delegados territoriales del poder real, pero para evitar la implantación del régimen feudal, el monarca los mantenía en su puesto por un tiempo limitado, pasado el cual cambiaban de destino...

El dominio de la tenencia no era propiedad de los jefes militares (tenentes).

El tenente no poseía el dominio en propiedad de su distrito, sino que lo ejercía en nombre del rey y mientras durase la voluntad de éste. Y naturalmente, como buen caballero, le debía lealtad -fidelitas- estando obligado a servirle como fiel vasallo, en paz y en guerra, en virtud del pleito homenaje y juramento prestado al confiarle la tenencia.
 
El sistema de tenencias perduró hasta tiempos de Teobaldo I en que se instauró el sistema de merindades.

Siglo XIII. Creación y función de las Merindades. 

Las merindades estaban bajo la jurisdicción del merino, un oficial público nombrado por el rey al que se le confió la administración económica, financiera y judicial de un territorio que anteriormente abarcaba varias tenencias.

Tras la creación de las merindades, las funciones de los jefes de los castillos, a los que desde entonces se les llamó alcaides, se limitaron únicamente a la defensa.

J.J. Martinena explica que

A partir de este momento, los nobles que tenían a su cargo los castillos del rey dejan de ser tenentes y pasan a ser y a denominarse alcaides; dejan de ser miembros de la alta nobleza, como lo habían sido hasta entonces, y de regir y administrar distritos, cometido que pasa a los merinos.

Los alcaides se limitan a lo militar. Y cobran del recibidor de impuestos de la merindad:

Su función pasa a ser únicamente militar y en parte también policial, y perciben por ejercerla una remuneración fija en dinero y en especie, la retenencia, que les paga el merino o el recibidor de la respectiva merindad con cargo a los fondos de la recepta o recaudación fiscal ordinaria.

Juan José Martinena dice lo que sigue sobre el estatus social de los alcaides que seguían siendo nombrados por el rey para un periodo de tiempo limitado:
ALCAIDES Y SU SALARIO. El alcaide era el hidalgo o caballero, a menudo originario de un palacio o casa solar de la comarca, a quien el rey confiaba durante un periodo de tiempo indeterminado la guarda o tenencia de un castillo, de cuya seguridad y mantenimiento era responsable.

Un alcaide tenía obligación de vivir en el castillo encomendado. O de poner en él un lugarteniente.

Tenía el deber de residir en él de forma permanente con algunos hombres de armas, que formaban una reducida guarnición; en caso de no poder hacerlo, podía designar un sustituto o lugarteniente que lo hiciera en su nombre.

El rey podía enviar visitas de inspección a los castillos realengos.

En ocasiones, se llevaban a cabo visitas de inspección, sin previo aviso, para comprobar y certificar que el alcaide o su teniente residían efectivamente en el castillo. ..... El incumplimiento de este deber llevaba aparejada la suspensión del pago del salario que percibían.

Siglo XIV. Los cambios feudalizantes en el mando de los castillos realengos.

Desde mediados del siglo XIV empieza a haber cambios en los nombramientos de alcaides en los castillos del rey.
Se comienza a dar a perpetuidad el mando de varios castillos realengos a hijos bastardos de la realeza y a miembros de la nobleza.
Se conceden las pechas, impuestos de varias poblaciones a determinados personajes.

Seguimos leyendo a Martinena:

DE LA CORONA A MANOS SEÑORIALES. Durante el reinado de Carlos II se inició, al principio tímidamente, un tardío proceso de creación de señoríos, de carácter casi feudal, en virtud del cual se fueron enajenando de la corona villas y castillos -también pechas, rentas y otros derechos- que pasaron a engrosar el patrimonio de algunos bastardos reales y de algunos nobles cada vez más poderosos.
Se dan estas mercedes a distintos personajes en recompensa por sus esfuerzos durante las guerras en las que se enfrascó Carlos II de Navarra.

Este proceso desintegrador lo emprendió el citado monarca (se refiere a Carlos II) hacia 1360, acuciado por la necesidad de recompensar a algunos señores que le ayudaron militarmente en sus frecuentes empresas guerreras, casi siempre estériles, que tanto desgastaron y empobrecieron al reino.

Reinado de Carlos III (1387 - 1425)

El mando sobre muchos castillos realengos y las poblaciones donde estaban se hacen hereditarios.

Estas cesiones, aunque inicialmente se hicieron por tiempo limitado o con carácter vitalicio, en una fase posterior - ya en el siglo XV- acabarían perpetuándose al adquirir, mediante nuevas mercedes, carácter hereditario. 

Los primeros nombramientos nobiliarios fueron desde finales del siglo XIV hasta 1512.

Recordemos que Carlos II de Navarra murió el 1 de enero de 1387.

En el primer recuadro que pongo más abajo se pueden observar los distintos nombramientos de Señorío de carácter hereditario dados antes de 1512.
Como veréis, fueron concedidos a partir de comienzos del reinado de Carlos III.
No obstante solo mencionaré tres, pues fueron de suma importancia en Navarra para entender los enfrentamientos ocurridos durante el siglo XV.

Los agramonteses.

La familia Gramont fue importante en la Baja Navarra incluso desde tiempos anteriores a Sancho el Fuerte.

El bando agramontés toma su apelación de este linaje, aunque la fuerza de esta facción la ejercieron principalmente los linajes de los Navarra y los Peralta.
Los Peralta con Mosén Pierres, el joven, acaudillarían en un principio el bando agramontés.

El vizcondado de Muruzabal de Andión. "Los Navarra"

Hasta 1387 desde tiempos de Carlos II y en los primeros años de Carlos III se dieron ciertos castillos y ciertas rentas mientras viviese el beneficiario.

El primer caso de encumbramiento en lo feudal ocurrió cuando Carlos III “el Noble” instituyó para Leonel (hijo bastardo de Carlos II) el Vizcondado de Muruzábal de Andión el 19 de abril de 1407 con carácter hereditario.
El vizcondado estaba dotado con las pechas y los emolumentos que pagaban a la corona los pueblos de Valdizarbe.

Los descendientes de Leonel encabezaron la casa de "los Navarra" o mariscales de Navarra encuadrada en el bando agramontés que también abarcaba el linaje de "los Peralta".

En un principio, cabeza destacada de la facción agramontesa fue Mosén Pierres de Peralta (el viejo) sucedido por un hijo suyo del mismo nombre.

Los beaumonteses.

La casa de Beaumont se inicia en el siglo XIV con el infante Luis hermano del rey Carlos II quien le dio el condado normando de Beaumont.

En 1424 Carlos III fundó el Condado de Lerín para dotar a Luis II de Beaumont al casar con Juana, hija natural del rey.

La Casa de Beaumont atraerá a su campo numerosos nobles navarros en la causa por la defensa de la legitimidad del príncipe de Viana en el siglo XV. Serán conocidos como los beamonteses por el apellido inicial de esta familia.

El condado de Lerín.

El condado de Lerín en un principio estaba formado por Lerín, Cárcar, Sesma, Mendavia, Andosilla, Dicastillo y Allo.
El segundo conde de Lerín casó en 1468 con una hija ilegítima de Juan de Aragón, por lo que Fernando el Católico fue su cuñado.

Entroncaron con la casa de Alba tras colaborar con la misma en la invasión de Navarra. Tras caer nuestros legítimos reyes, recuperaron de manos del invasor el cargo hereditario de Condestable de Navarra.

La casa de Alba, según una relación del año 1775, ostentaba en Navarra los títulos de Conde de Lerín, Condestable y Chanciller Mayor del Reino de Navarra; Señor de las villas de Larraga, Dicastillo, Allo, Arróniz, Mendavia, Sesma, Cárcar, Cirauqui, Arruazu, Sada, Eslava, Ochovi, Villamayor, Goldáraz, Castillo de Monjardín y Valle de Santesteban: señor de diferentes palacios y pechas del Reino.

El Principado de Viana.

Eran las tierras, rentas y castillos reservados por el rey Carlos III (20.1.1423) a favor de su nieto Carlos, primer Príncipe de Viana .

Comprendía las villas de Viana, Laguardia, San Vicente de la Sonsierra, Bernedo, Aguilar, Genevilla, Lapoblación, San Pedro y Cabredo, con las fortalezas de Buradón, Ferrera, Toro y Marañón; es decir, todo el apéndice territorial navarro que remontaba la ribera izquierda del Ebro entre los dominios castellanos de Álava y la Alta Rioja; y se añadía el señorío de las villas de Peralta, Cadreita, Corella y Cintruénigo.

Años 1460 - 1465. Tierras adjudicadas a Mosén Pierres de Peralta (el joven).

Por ayudar a Juan de Aragón en su guerra contra el Príncipe de Viana, recibió los señoríos de Peralta, Moya y Amposta.

En 1460 (1458, según F. Idoate) obtiene de la Princesa Leonor, pese a la oposición de las Cortes, las baronías de Peralta, Falces, Azagra, Funes, Marcilla y Andosilla.

En 1461, en recompensa por la defensa de Viana contra los beaumonteses, le son donadas las alcabalas de Peralta, Funes, Falces y Azagra.

En 1465, Juan de Aragón le dio en señorío San Esteban de Lerín (actual Santesteban / Doneztebe) que tras la conquista parece que cayó en manos de los Beaumont...

Sigamos adelante recordando qué eran los Palacios de Cabo de Armería.

Estos palacios o torres defensivas se transmitían por herencia y el cargo de quien vivía en ellos era el de cabo o responsable de organizar la defensa del lugar en caso de guerra.
Su labor era coordinarse con los demás palacios de Armería y con los castillos de realengo de su zona correspondiente.

El heredero de una torre de armería ostentaba como apellido el título del palacio correspondiente y si la herencia del palacio recaía en mujer, el marido debía tomar el apellido tradicional del palacio.

En los distintos sitios que he consultado en Internet sobre los Palacios de Cabo de Armería se relata que según decía un tal Argamasilla de la Cerda

"los Palacios de Cabo de Armería. eran las torres de los caudillos baskones que iniciaron la Reconquista".

Y según Altadill, "surgieron en las luchas de los vascones contra Roma". 
De todas maneras, estos palacios y sus palacianos cayeron en la órbita de agramonteses y beaumonteses en las guerras ente ambos bandos del siglo XV.

Muchos de estos palacios o torres defensivas fueron demolidos o desmochados tras la invasión de 1512.
Los castillos realengos, más de cien, fueron destruidos.

Tras 1512 más Palacios de Cabo de Armería. 

Tras la tentativa frustrada de recuperar la independencia del año 1522, Carlos V de España, el emperador, concedió el perdón al bando que luchó a favor de los Reyes de Navarra.
¡Los naturales del reino pidieron perdón al invasor!

Y los del bando que luchó contra los invasores, conseguido el "perdón" de éstos, pudieron recuperar sus Palacios (desmochados) de Cabo de Armería y su posición social anterior....

A partir de la invasión castellana de 1512 podemos contemplar un aumento de lo feudal en Navarra.

Según Martinena, el año 1500, es decir poco antes de la invasión castellana, Navarra tenía (incluido Ultrapuertos) unos 150 palacios de cabo de armería.
En el siglo XVIII, de los más de 300 palacios que existían en el territorio de la actual Comunidad Foral, unos 190 eran de cabo de armería.

El título de Palacio y cabo de armería lo otorgaba el rey. Tras invadir Navarra, el rey de Castilla.

Y como los cabos de armenia podían ser llamados a las Cortes de Navarra por el brazo militar, intuyo que ese aumento promocionado por Castilla trataba de influir en el brazo de la nobleza de Navarra.

Tras que Navarra fuese invadida, aumentaron los títulos nobiliarios.

En cuanto al progresivo aumento de señoríos y títulos nobiliarios desde el reinado de Carlos III, veamos los
siguientes cuadros.



En el primer recuadro veréis el año de la fundación del Vizcondado de Valderro. Componentes de este linaje, los Ezpeleta, fueron alcaides vitalicios de los castillos de San Martín de Unx y de Gallipienzo... y del palacio de Olite tras la conquista.
A simple vista podéis ver en estos recuadros cuántos títulos nobiliarios se dieron antes de 1512 y cuántos más dio el rey de Castilla desde que invadieron Navarra hasta el año 1800.
¡Y los que tenían título de nobleza podían ser llamados a participar en las Cortes de Navarra por el estamento militar!

Muchos componentes de esta nobleza (por no decir todos) intentaron medrar en la corte de Madrid, emparentaron con otros nobles de aquella corte, y en muchos casos sus títulos y posesiones fueron absorbidos mediante casamientos por otras familias de la nobleza española.

Los señoríos religiosos.

Antes de seguir adelante, tenemos que recordar que la ciudad de Pamplona fue propiedad del obispo durante siglos y que en toda la ribera tudelana, tras ser conquistada en el siglo XII, hubo pueblos que cayeron bajo el dominio de señores y de órdenes religioso-militares como la de los Templarios y la de los Hospitalarios de San Juan.
También tenemos que recordar que hubo muchas localidades en toda Navarra bajo el dominio de los grandes monasterios y colegiatas: Roncesvalles, monasterios de Leire, Oliva, Iratxe, Irantzu, Urdax, Fitero, Tulebras...

Los señoríos. 

Para entender como quedó Navarra erizada de señoríos de porte feudal, recomiendo leer un estudio titulado "Los Señoríos Navarros en el siglo XVIII" de Jesús M° Usunáriz Garayoa donde se aportan mapas, merindad por merindad, indicando la localización de tales señoríos y mención a quien pertenecía cada uno de ellos.

Recordad que hubo gente acaudalada que accedió a títulos nobiliarios a cambio de dinero.

Es conocido  que los Austrias, con el fin de recaudar fondos, dieron muchos títulos nobiliarios a cambio de dinero que no deja de ser otra manera más de ganarse voluntades entre los pudientes.
Tras la guerra de Sucesión siguió utilizándose este método en tiempos de los Borbones.

Posible influencia del aumento de títulos nobiliarios en el estamento militar de las Cortes de Navarra.

Ya hemos visto que a partir de 1512 hubo más Palacios de Cabo de Armería. Y que se instituyeron más títulos nobiliarios con derecho a asiento en nuestras Cortes.

En el brazo militar de las Cortes de Navarra los miembros más numerosos eran los palacianos. 

Parece como si el objetivo del aumento del número de palacianos y de personas con títulos nobiliarios fuese tener más gente encumbrada por Castilla con derecho a asiento (opinión y voto) en el brazo militar de nuestras Cortes.

La potestad de nombrar al Obispo de Pamplona y a los abades de los grandes monasterios con asiento en las Cortes de Navarra por el estamento eclesiástico, también era facultad del rey de Castilla...

Los virreyes elegían de una terna a los alcaldes de los pueblos..

Y no todos los pueblos de Navarra tuvieron derecho de asiento en el brazo popular, ni el mismo sistema para acceder al mencionado brazo de nuestras Cortes...

El mayor número de pueblos representados en este estamento fue de 38.

Las Cortes de Navarra no tenían la facultad de llamar a reunirse ya que esa facultad se la reservaba el rey (desde 1512 el de Castilla).

Compruebo que me quedan muchas cosas por saber y aclarar a raíz de estas intuiciones que me asaltan...
Si me decidiera a escribir un capítulo sobre el tema, tendría que estudiar más a fondo la relación de los sucesivos virreyes de Castilla en Navarra con cada uno de los brazos que componían nuestras Cortes... sobre las veces que se convocaron Cortes... sobre el mecanismo de ser llamado a acudir a las sesiones de las mismas...  etc etc...

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