Recuerdos de Navarra
Recuerdo (del latín re-cordis
"Volver una porción Pasar El Corazón)
Colaboración de José Joaquín Saldías
La
revista es una pequeña publicación de 56 páginas, donde predominan artículos
culturales cuyos autores son, entre otros, Arturo Campión, Gabriel de Biurrun,
Julio Altadill, Manuel Iribarren, Leoncio Urabaien, Luis Oroz, E. García Mina,
Z. Zuza, Isidoro Fagoaga, Alberto Pelairea, J. M Luzaide, J. Salamero y otros.
Este último reflexiona acerca del euskera en navarra. En la página 51, en un
artículo firmado por Irular se recomienda”otorgar premios a los chicos que
mejor hablen euskera” porque “todo conspira contra el euskera: la proscripción
oficial, la emigración, el utilitarismo…”
“Sometido
a la previa censura” lacónica oración del editor, luego advierte que “el
conocido pintor Javier Ciga (Etxandi) había dibujado una primorosa portada para
esta revista que no se ha podido incluir por causas ajenas a nuestra voluntad”.
La tapa de la revista está ilustrada con la reproducción de un dibujo del
artista Leoncio Muro Urriza, que por cierto es muy sugestivo: en la obra se ve
a dos vascos tocando una campana con el escudo de navarra, al fondo la
euskaldún hiri buruzagi. El simbolismo y el metamensaje es evidente, era
“peligroso que los vascos tomaran conciencia de su navarridad”. Acerca de la
obra censurada de Ciga Etxandi nada se sabe.
Para
comprender este acto de censura debemos contextualizar la realidad navarra en
1925. Hacía dos años que el pueblo era sometido a la cruel dictadura de Miguel
Primo de Rivera. En el manifiesto del golpe militar se condenaba a las
actividades que atentaran contra la “unidad de España” calificándolas de
“separatistas”. Esta dictadura respondía a las demandas de los banqueros
y la burguesía. La cuestión navarra alarmó a Primo de Rivera y Alfonso XIII.
Desde 1921 una alianza entre jaimistas (carlistas) y nacionalistas vascos gobernaba
Iruñea, habían implementado la Caja de Ahorro Provincial para garantizar el
retiro de obreros, llevaron adelante una política pública destinada a combatir
el déficit habitacional a partir de la edificación de viviendas accesibles
conocidas como “de Gorricho”, por el apellido del constructor,etc… Esta alianza
política exigía la reintegración foral plena, demostrando que la nafasta ley de
1841 era, en parte, causa de la miseria económica del pueblo. Además en 1922 se
había realizado el homenaje en Amaiur, con el monumento y una serie de
actividades que daban visibilidad a la genealogía navarra de la independencia
de Euskal Herria. Todo lo mencionado líneas atrás fue acusado de “separatista”
por la dictadura y sus colaboracionistas, como el navarrista Víctor Pradera.
¿Quién
le hubiera dicho a García Enciso que los reaccionarios de Navarra no se
contentarían con una simple censura? Emilio García Enciso fue asesinado el 23
de agosto de 1936 en la matanza de Valcardera, entre Caparroso y Los Abetos,
donde fueron masacrados 53 navarros.
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