Dentro de unos días, más precisamente el 3 de diciembre, celebraremos el Euskararen Eguna / Día del Euskara y de San Francisco Xabier, patrono del idioma vasco y de Nafarroa. La coincidencia de fechas está relacionada con el hecho de que según cuenta la tradición, el santo dijo sus últimas palabras en euskera.
Hoy les proponemos ir acercándonos al día, conociendo el lugar donde nació San Francisco Xabier.
El conjunto monumental se remonta al siglo X. Es allí donde nació San Francisco Xabier.
Hay quienes consideran que el nombre Javier proviene del euskera, etxeberri (casa nueva) que con el tiempo se transformó en Xabier.
LA CONSTRUCCIÓN
La edificación consta de tres cuerpos, correspondientes a tres épocas distintas.
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HISTORIA DEL CASTILLO DE JAVIER
Fue en el siglo XI que se formó el primer recinto cerrado que albergó las primeras habitaciones. Dos siglos después se agregaron, por las cuatro orientaciones, dos cuerpos poligonales y dos torres flanqueantes.
Según cuenta la historia el castillo y la villa de Javier fueron ganados por Sancho VII de Navarra al rededor del año 1223. Un noble aragonés los había dado como garantía por un préstamo de 9.000 sueldos que le concedió el monarca navarro.
En épocas posteriores sabemos que el castillo pertenecía a María de Azpilcueta, oriunda del Valle de Baztán, quien estaba casada con Juan de Jaso, cuya familia defendía la independencia del reino. Es por esta razón que el Cardenal Cisneros ordenó su completa demolición en 1516 derribándose toda la muralla que lo rodeaba y que estaba guarnecida de almenas y aspilleras, se rellenó el foso, igualándolo al terreno, se destruyeron dos grandes portaladas, se derribaron dos torres redondas, se demolió el puente levadizo y, dentro de la muralla, el jardín y la morada de los conejos y la torre de Homenaje de San Miguel fue rebajada a la mitad.
Tras sucesivas herencias, la propiedad del castillo, junto con el resto del pueblo de Javier, recayó en la Casa de Villahermosa y hacia finales del siglo XIX se encontraba casi totalmente en ruinas, frente a lo cual fueron iniciadas las obras de restauración.
Finalmente, en los primeros años del siglo XX, su propietaria donó el castillo y la basílica a la Compañía de Jesús bajo la condición de que lo mantuviera en el mismo estado.
San Francisco Javier es también considerado santo patrono de Nafarroa y en su honor, a principios de marzo recibe las popularmente llamadas Javieradas.
Imagen de la Javierada
Según cuenta la historia el castillo y la villa de Javier fueron ganados por Sancho VII de Navarra al rededor del año 1223. Un noble aragonés los había dado como garantía por un préstamo de 9.000 sueldos que le concedió el monarca navarro.
En épocas posteriores sabemos que el castillo pertenecía a María de Azpilcueta, oriunda del Valle de Baztán, quien estaba casada con Juan de Jaso, cuya familia defendía la independencia del reino. Es por esta razón que el Cardenal Cisneros ordenó su completa demolición en 1516 derribándose toda la muralla que lo rodeaba y que estaba guarnecida de almenas y aspilleras, se rellenó el foso, igualándolo al terreno, se destruyeron dos grandes portaladas, se derribaron dos torres redondas, se demolió el puente levadizo y, dentro de la muralla, el jardín y la morada de los conejos y la torre de Homenaje de San Miguel fue rebajada a la mitad.
Tras sucesivas herencias, la propiedad del castillo, junto con el resto del pueblo de Javier, recayó en la Casa de Villahermosa y hacia finales del siglo XIX se encontraba casi totalmente en ruinas, frente a lo cual fueron iniciadas las obras de restauración.
Finalmente, en los primeros años del siglo XX, su propietaria donó el castillo y la basílica a la Compañía de Jesús bajo la condición de que lo mantuviera en el mismo estado.
San Francisco Javier es también considerado santo patrono de Nafarroa y en su honor, a principios de marzo recibe las popularmente llamadas Javieradas.
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| Imagen de la Javierada |
En internet existen distintos videos que nos acercan a conocer el interior del castillo. De entre ellos hemos seleccionado uno que les invitamos a ver y disfrutar. Con él los dejamos.
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