Subilaros y porrondokos: Los troncos de Navidad.
Del El blog de Mikel Burgui: ujue-uxue.blogspot.com.es
Cuando yo era un crío en la
mayoría de las casas de Ujué se cocinaba en los hogariles.
El hogaril, -pucheros en
torno al fuego, caldera colgada sobre las llamas- era el lugar alrededor del
cual nos juntábamos todos al calor de la lumbre.
A cada lado del hogaril
solía haber un tronco bastante recio y entre esos dos troncos laterales se
mantenía el fuego.
Pues bien, recuerdo que
cuando yo era un muetico y llegaba Navidad no se apagaba del todo el fuego del
hogaril.
En Nochebuena había que dejar
fuego o alguna brasa encendida "para que se calentara el niño Jesús”.
Si miramos en la
Enciclopedia Auñamendi encontraremos el siguiente texto del insigne etnógrafo y
antropólogo Jose Miguel Barandiarán: "Tea de Nochebuena",
"Nochebueno". Tronco de árbol que, en muchos pueblos de Vasconia,
colocan en el fogón por Nochebuena.
Es uno de los objetos y
símbolos que caracterizan el solsticio de invierno y la fiesta de Navidad.
Lo llaman con diversos
nombres, según los lugares: Gabon
(Trespuentes), Gabonzuzi (Cegama), Gabon-subil (Abadiano y Anzuola), Gabon-mukur (Bedia), Olentzero-enbor (Oyarzun), Onontzoro-mokor (Larraun), Subilaro-egur (Aezcoa), Suklaro-egur (Salazar), Sukubela (Liguinaga), Porrondoko (Salvatierra), etc.
El tronco que en Trespuentes ardía por Nochebuena en el
hogar lo traía hasta la cocina una pareja de bueyes y allí estaba en el fogón
durante todo el año.
En Larraun, como en la mayoría de los pueblos, ardía en el hogar sólo
durante Nochebuena; en Llodio y en Salvatierra hasta la última noche del año.
En Esquiroz y en Elcano
ponen al fuego tres troncos: el primero para Dios, el segundo para Nuestra
Señora, el tercero para la familia.
En Eraso y en Araquil
ponen, además, un madero para cada uno de los miembros de la familia y otro para
el pordiosero.
En Olaeta encienden en el hogar un tronco de haya durante la última
noche del año y queman a su lado todo lo que queda del tronco del año anterior.
Por haber estado al fuego
durante la Nochebuena o en el último día del año, Gabonzuzi tiene virtud
especial.
Con su fuego preparan la
cena de Nochebuena en Oyarzun.
En Abadiano y en Anzuola
hacen lo mismo; además, después de la cena, la familia se agrupa en su derredor
para calentarse.
En Elduayen procuran hacerle arder a gran fuego, a fin de evitar,
según se lo dicen a los niños, que descienda de la chimenea el personaje
Olentzaro, armado con una hoz, a quitar la vida a cuantos viven en la casa.
En Esquiroz colocan el tronco o Gabonzuzi consagrado a Dios en el
umbral de la puerta principal de la casa el primer día del año, o el día de San
Antón, y hacen pasar por encima a todos los animales domésticos.
Creen que así los animales
no morirán por accidente durante el año. La misma costumbre existía también en
Oyarzun y en Araquil.
En Salvatierra creen que Gabonzuzi tiene la virtud de alejar las
tempestades y lo ponen al fuego cada vez que se acerca una tormenta.
En las casas donde hay toro
semental practican lo siguiente: colocan al fuego en el hogar dos palos durante
la cena de Nochebuena; ambos se queman algo por un extremo; hienden luego el
más largo de los dos por el extremo quemado y colocan el segundo atravesado en
la hendedura del primero de modo que ambos formen una cruz; ésta es llevada al
establo donde se halla el toro y clavada o colgada de un muro o poste.
Con esto creen que el toro
no tendrá durante el año el mal conocido con el nombre maminpartidu.
En Aezcoa recogen el carbón y la ceniza producidos por la combustión de
Gabonzuzi. Cuando una vaca tiene endurecida la ubre, ponen al fuego tales
residuos y aplican su sahumerio a la ubre enferma.
En Amorebieta dicen que el nochebueno o Gabonzuzi evita que la
comadreja perjudique a quienes viven en la casa o a sus animales. No dejan que
se apague el fuego del hogar durante la Nochebuena para evitar que alguno de la
familia muera durante el año.
En Bedia conservan el tronco o sus carbones, pues piensan que asi
continúa bendecida la casa. La ceniza producida al quemarse ese tronco en el
hogar es conservada hasta el día de San Esteban en Ibárruri.
Ese día la llevan a las
piezas de cultivo y es esparcida en forma de cruz en la tierra. Así piensan que
los animales dañinos morirán.
Según creencia de Liguinaga el nochebueno influye en que
sean hembras los corderos que nazcan en el rebaño.
Cuando muere una persona le
ponen al lado Gabonzuzi en Eraso.
En Olaeta ese tronco, que
allí arde en la última noche del año, es retirado después de la cena y colocado
en el establo a fin de preservar de enfermedades a los animales allí recogidos.
Comarca
de Sangüesa y Valle de Aibar
En la revista de
Sangüesa "Zangotzarra" editada por el grupo cultural
Enrique II de Albret (nº 12, diciembre del 2008) hay un jugoso reportaje
donde se habla de la pervivencia de la costumbre del Tronco de Navidad (al que
también llaman Txubilar) en los pueblos de Aibar, Eslava, Leache, Sada,
Liédena, Sangüesa... pueblos bien cercanos a Ujué.
También hablan de la
pervivencia del Tronco o Troncada de Navidad en otros lugares mas allá de
Sangüesa y La Valdonsella: Longás, Lobera, Isuerre… Tiermas, Pintano, Navardún
.... etc.
Valdorba
Nuestro paisano el uxuetarra
Gaudencio Remón nos comunica que en la Valdorba, valle cercano a Uxue, en la
noche de Navidad se dejaba un tronco encendido durante toda la noche para que
la Virgen secara los pañales del Meón.
Gaudencio tenía parientes en
Sansoain (Valdorba) y dice que seguían manteniendo esta costumbre bien entrados
los 80.
En el
poemario "Romancero del campo" escrito por nuestro paisano
hay un verso que nos retrotrae a esa piadosa costumbre.
Ref.: J. M. de Barandiarán: Kalerre ta Subilaro, pp. 8-9, "Egan", núms. 5-6, 1956.
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